Unos meses de perros…


Miro mi blog y las visitas aumentan pero… ¿cuándo fue la última vez que os conté una historia? ¡Hace meses! Durante este tiempo España está al borde de venirse abajo, Argentina ha expropiado YPF, el Rey se ha disculpado, Berlusconi sigue en la prensa y el transporte italiano sigue cada dos por tres en huelga.
Pero, mi motivo para escribir no es la actualidad política, social o económica. Sino daos a conocer algo más de esta bota en la que vivo. Hoy, os hablaré de perros. Sí, de los que dicen “guau guau”, “woof woof” o “bau bau”, depende del oído de cada uno. 


Y es que los perros italianos son unos señores en toda regla. ¡Unos señores que viven a sus anchas! Si la vida de perro siempre ha sido envidiada, os digo que la vida de los perros italianos va más allá. Es más magnifica, es más brillante y es una señora vida digna. 

Los perros italianos pueden pasar a las tiendas, pueden pasar a los supermercados y pueden entrar en las cafeterías y restaurantes. Realmente, no sé a dónde no pueden pasar porque llevo estudiando este hecho y aún no he encontrado un vetado perros. Ahora, cambiad donde he puesto “pueden” por hechos: los perros entran en las tiendas y pasan a las cafeterías y restaurantes.

Me gustan los perros, quiero a mi perra y soy una pro-animales pero de ahí a que me guste estar en un restaurante mientras el vecino de la mesa de al lado da de comer a su perro del plato del restaurante… No sé, dejadme decir que no me gusta la costumbre. Los perros por mucho que les queramos y por mucha compañía y cariño que nos den, ¡¡son perros!! (sí, lamento comunicar a mi señora vecina del segundo de Madrid que por mucho de que su perra vista ropa hortera, lleve coletas en el pelo y usted crea que le habla… ¡¡es un perro!!).

Aquí, los perros son unos señores. Si vas al IKEA, el carrito de la compra lleva un box incorporado para meter al perro. Si vas al ZARA hay perros olfateando zapatos. Si vas a la cafetería, hay un perro al que mirar o del que huir dirían algunos. 

Hemos cambiado los papeles: ¿Quién es el dueño? ¿El perro o los ciudadanos?